Bitácora intimista e interiorista

miércoles, 6 de mayo de 2009

Juzgar a la gente por los zapatos

Como todos los días que lo logro, hoy he ido al gimnasio a las 7.30. Después de trabajar toda la mañana, ahora estudio Marketing para convertirme en una mujer de (mejor) provecho. En uno de mis breves descansos me doy cuenta de que precisamente lo que me hace sentir orgullosa de mí misma es ahora motivo de desprecio entre quienes creía mis amigos, que consideran mi constancia como algo gris o excesivamente pragmático.

Por sucesos recientes, de pronto caigo también en que los ciberconocidos a los que he acabado viendo en persona siempre han quedado decepcionados. Mis esfuerzos por crearme un fondo de armario están dando sus frutos y no vestir como una mamarracha echa por tierra mi fama de excéntrica. Será eso.

Parece que llevar una vida "normal" es óbice para la creatividad y la sensibilidad artística. Pero si en realidad no somos nada más que puro potencial, porque todo está por hacer, supongo que mi verdadero yo es más bien mi alterego, la que escribe un blog sin lectores, recopila imágenes inspiradoras y fantasea con dar la vuelta al mundo, y no tanto la que lleva un negocio que va tirando sin hacerle mucho caso, estudia una segunda carrera por la UNED y ha cambiado su mini-ático del extrarradio por un edificio de apartamentos de los años setenta.

Antes solía tener veinte años, pero ahora todo lo contrario.

No hay comentarios:

Archivo del blog