Summertime

Ha bajado la temperatura unos cuantos grados y, tras algunos vasos de rosado y un par de copas de crema de licor, sólo me viene a la mente la palabra "seize". Tengo ganas de fundirme la tarjeta de crédito en zapatos, tengo ganas de exponerme a un cáncer de piel en Niza y tengo ganas de una sesión de body combat nocturna, por ejemplo. Llega el verano, y, una (aterciopelada) mañana de estas (si estoy sobria), me levantaré cantando. En un batir de alas, tomaré el cielo. No tengo de qué preocuparme, aunque mi padre esté en Vancouver y mi madre tenga tripa cervecera.